Entradas

Inflacion deportiva

Basandome en este articulo: "Creo que empecé a cogerle manía al deporte cuando advertí que su tratamiento informativo no obedecía a las mismas leyes que rigen el periodismo convencional. Aquel recurso retórico que los latinos denominaron "amplificatio", consistente en inflar cualquier asunto, por baladí que sea, ha encontrado en el periodismo deportivo su apoteosis. Basta por ejemplo que dos compañeros de equipo balompédico se sacudan un sopapo en un entrenamiento, al calor de una rebatiña, o que el entrenador de tal equipo haya cruzado unas palabras agrias con uno de sus pupilos, para que los telediarios inauguren su emisión con las declaraciones balbucientes de los implicados, relegando a la condición de comparsa cualquier otro asunto de la política doméstica o internacional.  Otra circunstancia que me desagrada de la información deportiva es que en ella se alternan los periódicos arrebatos de euforia y las incursiones depresivas también periódicas. Al concluir cualqui

La hora de los duendes

En una aldea lejana, hace mucho tiempo, vivía una familia de duendes que trabajaban de relojeros. En esta aldea, pequeña pero hermosa, sólo vivían duendes. Cada familia tenía un trabajo diferente, algunos cuidaban los huertos, otros construían las casitas, otros arreglaban los jardines, o las calles. Había una familia en especial, sólo una que trabajaban de relojeros, pero no porque arreglaran relojes, sino porque eran los encargados de mantener, cuidar y, sobre todo, dar cuerda al gran reloj, que estaba en la plaza principal y en el cual todos los duendes de la aldea miraban la hora. Esta familia se llamaba “Cuerdita” y estaba compuesta por papá duende, gordito y simpático; mamá duende, flaquita y también muy alegre; y tres pequeños duendes llamados “Horita”, “Segundito” y “Minutín”, el menor de todos. La familia Cuerdita hacía su trabajo con mucho amor, responsabilidad y, sobre todo, humildad: se turnaban para dormir, ya que debían estar continuamente dando cuerda al gran reloj, y ad